sábado, 27 de junio de 2009

Noche. Zeta

Lo primero que advirtió fue el olor a comida echada a perder. No era algo fétido, pero sí cosquilleaba en la nariz. Eso la hizo dudar. Tal era mejor volver sobre sus pasos, subir al auto y llegar a casa, donde Xavier la estaría esperando, quizás aún despierto, mirando el televisor.
Pero siguió adelante.
la curiosidad era más fuerte que el miedo...

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