viernes, 16 de octubre de 2009

Poe

Tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!
'Quoth the raven, `Nevermore.'
“The Raven”



Edgar Allan Poe fue enterrado con toda pompa 160 años después de su muerte, acaecida en Baltimore. El detalle del entierro nada prematuro coincide con el bicentenario de su natalicio, ocurrido en Boston.
Tal vez ahora el espíritu de Poe descanse en paz, aunque se trata de una posibilidad remota: un alma atribulada como la suya difícilmente podría encontrar el reposo.
Nadie sabe qué mató al escritor.
Algunos dicen que en sus últimas horas de vida, mientras se consumía en una penosísima y terrible agonía, gritaba incesantemente una y otra vez el apellido “Reynolds”.
Lo que sí se sabe del caso es que Poe fue hallado a las afueras de una taberna, en lamentable estado, enfilado hacia la muerte.
Sobre su fallecimiento se barajan muchas hipótesis: exceso de mujeres y de alcohol en la sangre; rabia debida a la mordedura de un perro; la romántica tuberculosis; o una muy poco poética vinculada con el cólera.
Sin embargo, las notas necrológicas de los diarios afirmaban que el autor de “El cuervo” había fallecido debido a congestión cerebral, otra causa bastante prosaica.
Como quiera que haya sido, Poe murió prácticamente en la ruina, olvidado por casi todos y de una forma nada gloriosa.
La suya es un nuevo capítulo de la ingratitud de la vida hacia los escritores geniales.
Auténtico renovador de la ficción corta, poeta de abismos demenciales, apasionado en sus críticas y lúcido en su teorización literaria, Poe fue un autor poliédrico, que nos dejó textos fundamentales como “El gato negro”, “William Wilson” o “Un corazón delator”.
Es el padre del cuento moderno, decantándose por las historias de horror, locura y muerte, su literatura está erizada de narraciones de corte gótico, llena de penumbras y de desgarro, aunque también tuvo tiempo para incursionar en la ciencia ficción y hasta en el humor.
Su obra influyó en miles de escritores y ha reptado a otras artes, en particular el cine.
Muerto el 7 de octubre de 1849, sus honras fúnebres fueron modestas, por decir lo menos. Tan sólo siete, quizás diez personas asistieron a las exequias, que culminaron con el entierro de Poe en el cementerio de Westminster .
Ahora, a 160 años de su muerte, Baltimore decidió organizar un funeral en toda regla para este mítico autor de poemas y narraciones brillantemente oscuras.

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