viernes, 20 de enero de 2012

La risa inteligente de Jorge Ibargüengoitia

Jorge Ibargüengoitia es un espécimen raro de la zoología literaria mexicana. Si bien durante toda su vida se la pasó negando que era un humorista, su literatura arranca carcajadas por racimos.
En el fondo de todo escritor que utiliza al humor como arma, hay un moralista que se encuentra en desacuerdo con su entorno, aunque en el caso de Ibargüengoitia no hay un intento por aleccionar a sus lectores; en todo caso, expresa oblicuamente su desacuerdo con lo que aprecia.
Ibargüengoitia era un crítico feroz, un empedernido ironista que destrozaba personajes e instituciones por medio de una escritura gozosa, que se disfruta en todo momento, y que no ha envejecido ni un minuto.
La ligereza de las historias ibargüengoitianas es una pura apariencia, como la fachada de sus personajes, casi todos ellos practicantes de una doble moral que evidencia hipocresía y falta de naturalidad.

Ilustre cuevanense
Jorge Ibargüengoitia nació el 22 de enero de 1928, en Guanajuato, ciudad a la que rebautizó como Cuévano, siguiendo una larga tradición de renombrar a los lugares para no herir susceptibilidades.
Paradójicamente, el humor es un asunto serio. Si bien la chabacanería, la vulgaridad y la ordinariez son los medios más sencillos y efectivos para arrancar una risotada, los irónicos y satíricos apelan a la inteligencia de su público para motivar algo más trascendente: la toma de conciencia.
Ibargüengoitia creía en la ironía y en la sátira como instrumentos de crítica; su propuesta trascendía al humor para mover hacia la reflexión. Dueño de una prosa limpia y tersa, también tuvo el olfato para descubrir y mostrar la presencia de lo ridículas que pueden ser la vida y la historia de México.
Ahora que el sarcasmo se ha vuelto ubicuo en nuestra vida cotidiana, sería una buena idea acercarse a las novelas, cuentos, dramas, artículos y ensayos que Ibargüengoitia escribió a lo largo de su fecunda carrera.
Cáustico hasta la falta de respeto, su propuesta literaria casi no ha tenido comparación ni seguidores.

La risa inteligente
Para quien se quiera adentrar en los misterios gozosos del ilustre cuevanense, aquí recomendamos una aproximación a Los relámpagos de agosto, donde ajusta cuentas con los generalotes que se formaron al calor de las balas que disparó la revolución de 1910.
También sugerimos la lectura de Los pasos de López, en la que desacraliza la figura de Miguel Hidalgo y Costilla, bajándolo del pedestal laico en el que la historia oficial colocó al llamado padre de la patria.
Maten al león es un ejercicio crítico sobre la llamada novelas de los dictadores, género particularmente popular entre los escritores latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX, y en el que Ibargüengoitia realizó una aportación muy en su estilo sardónico.
Las muertas retoma el caso de las Poquianchis, un par de tratantes de blancas que en los años 50 y 60 esclavizaron sexualmente a un grupo de mujeres, algunas de las cuales acabaron siendo asesinadas, lo que despertó el escándalo y el morbo, alentados por la prensa amarillista.
Lean a Jorge Ibargüengoitia. No se van a arrepentir.

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